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Somos LA FÁBRICA DE SONRISAS
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Nuestra sonrisa es, en muchos casos, nuestra principal carta de presentación. Quienes no están satisfechos con su aspecto, suelen sonreír poco, o de manera cohibida. Sin embargo, una sonrisa relajada, amplia y espontánea influye en la actitud que mostramos ante los demás y en la percepción que éstos tienen sobre nosotros.

Empieza por ti. La imagen que tienes de ti mismo se relaciona con la forma en la que te proyectas hacia los demás. Esto no solo incluye tu personalidad y manera de ser, sino también de tu físico y de aquello que muestras a quienes te rodean.

Si eres de las personas que evita reírse o sonreír por no querer mostrar tus dientes, debido a que tienes algún problema, puede que la mejor opción sea invertir en mejorarla.

Al sentirte mejor y mostrar tu sensación de conformidad con tu apariencia, tu entorno laboral percibirá los cambios de humor en ti y verán a una persona más confiable y segura de sí misma.

Todas las razones expuestas son válidas para empezar ahora un tratamiento odontológico, pero no todo se trata de la estética, la salud también juega un papel fundamental a la hora de hablar de estos temas.

Y es que aunque se trate de estética odontológica, la estética y la belleza están íntimamente relacionadas con la salud física y mental (tu autoestima).

Unos dientes sanos suelen proyectar una sonrisa mucho más estética y agradable que los de un paciente con afecciones o patologías en las piezas dentales.

Además, buscar tratamientos odontológicos o alternativas con tu dentista puede prevenir incomodidades y futuras enfermedades en los dientes.

Son muchos los motivos para empezar a mejorar tu sonrisa mediante la odontología estética, y en La Fábrica de Sonrisas,  te damos muchos más para que empieces tu primera sesión sin prejuicios, con la mejor atención para cada uno de los servicios que ofrecemos.

 

Inspirado en artículo: https://odontoclave.com/como-influye-la-sonrisa-en-la-autoestima/


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diciembre 8, 2017 Odontología0

Todo comienza en el año 23.000 a.c cuando un hombre cuyo nombre era Cromagnon, procedente de Egipto, comenzó a sentir un fuerte doler en sus dientes y notó que estos se iban oscureciendo y deteriorando día tras día, pero no fue sino hasta la actualidad en la que mediante un trabajo arqueológico se descubrió el cráneo de dicho hombre.


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